Carta al Público

Primero conocimos un arte que se había creado en su propia naturaleza, su mundo propio, precisamente el mundo del arte, un universo que ya no tenía mucho que ver y que ya no quería tener mucho que hacer con el mundo real. luego vimos un arte que se agotaba copiando la realidad y que, en esta operación, perdía casi toda fantasía. Ahora tenemos necesidad de un arte que domine la naturaleza, de una realidad informada por el arte, y de un arte natural.! Bertolt Brecht.

La toma del teatro Argentino por algunas personalidades seriamente preocupadas por el quehacer cultural y artístico nacional, fue recibida con júbilo por todos los que coinciden de distinta manera en esta preocupación.

El análisis histórico y económico justo de la actual situación nos condujo al encuentro de esta coyuntura que permitió nuestro acceso a un espacio teatral (anacrónico y ventoso según algunos periodistas), precioso y estable, para nosotros.

Anteriormente intentos de habilitación de sótanos, construcción de sala, de formación de cooperativas teatrales, y la misma dura lucha de otros grupos, nos habían ido preparando para esta empresa de nuevo tipo. Ahora ya en posesión de una de las herramientas principales, la sala, creemos nuestro deber ir informando al público sobre esta realidad cultural que se llama quehacer teatral, para que la toma de conciencia no quede limitada a los realizadores específicos, sino que cobre su real dimensión en su destinatario, el público. A primera vista, nuestra tarea parecería que consiste simplemente en dar buenas obras, acordes con la sed natural que el público iniciado experimenta. Si al mismo tiempo los actores trabajan aceptablemente y la sala está bien calefaccionada, se creería que nuestro fin está cumplido. Si así fuera, seríamos un buen teatro comercial. Nuestra exigencia va más allá. Creemos que el público debe asumir también una actitud viva frente a esta manifestación de la cultura. De la misma manera que la asume frente a la sanidad o a la educación pública, sin esperar que exclusivamente los médicos o los maestros se responsabilicen de su marcha. Precisamente establecemos la relación porque ya no podemos dejar de considerar el esparcimiento y la recreación como un producto lucrativo, barato o de lujo.

Como no creemos, ni queremos ser una isla en este panorama donde otros grupos luchan por los mismos idelaes, aspiramos:

  • A convertir este recinto en un centro de arte y cultura, de intercambios y ensayo.

  • A rescatar por lo menos un equipo del manoseo y la tiranía económica que otros medios de subsistencia ejercen sobre nuestros artistas.

  • A ser reconocidos nacionalmente, por las instituciones que nos representan.

  • A crear en los realizadores y en el público la necesidad y la exigencia de promover el apoyo que tareas de esta envergadura reclaman.

Nuestra fuerza está en nuestra vocación pero también lo está en la madurez del público.

Consejo Directivo

La presencia definitiva de verdaderos trabajadores del arte teatral al frente de Teatro Argentino, posibilita un nucleamiento fructífero y durarero, liberado del vaivén exclusivamente comercial.

Si deseamos que una sala definitivamente recuperada, realice una labor artística y cultural en forma continua y planificada, no puede menos que estar regida por la experiencia ejemplar de nuestros máximos artistas. justamente Milagros de la Vega, Orestes Caviglia y Saulo Benavente, han asumido el Consejo Directivo del Teatro Argentino, que de esta manera tiende a convertirse en responsable institución teatral y no en mera sala de espectáculos.

( en : Programa de Teatro Argentino 1965)

por Cecilia Anton